El río lorquiano en "La casada infiel"

Obra: Romancero gitano

Género: Poesía

Fecha de publicación: 1928

Autor: Federico García Lorca

 


 


 “La casada infiel” es un romance de Romancero Gitano, obra poética publicada por Federico García Lorca en 1928:


Y que yo me la llevé al río

creyendo que era mozuela,

pero tenía marido.

Fue la noche de Santiago

y casi por compromiso.

Se apagaron los faroles

y se encendieron los grillos.

En las últimas esquinas

toqué sus pechos dormidos,

y se me abrieron de pronto

como ramos de jacintos.

El almidón de su enagua

me sonaba en el oído,

como una pieza de seda

rasgada por diez cuchillos.

Sin luz de plata en sus copas

los árboles han crecido,

y un horizonte de perros

ladra muy lejos del río.

Pasadas las zarzamoras,

los juncos y los espinos,

bajo su mata de pelo

hice un hoyo sobre el limo.

Yo me quite la corbata.

Ella se quitó el vestido.

Yo el cinturón con revólver.

Ella sus cuatro corpiños.

Ni nardos ni caracolas

tienen el cutis tan fino,

ni los cristales con luna

relumbran con ese brillo.

Sus muslos se me escapaban

como peces sorprendidos,

la mitad llenos de lumbre,

la mitad llenos de frío.

Aquella noche corrí

el mejor de los caminos,

montando en potra de nácar

sin bridas y sin estribos.

No quiero decir, por hombre,

las cosas que ella me dijo.

La luz del entendimiento

me hace ser muy comedido.

Sucia de besos y arena,

yo me la llevé del río.

Con el aire se batían

las espadas de los lirios.

Me porté como quien soy.

Como un gitano legítimo.

Le regalé un costurero

grande, de raso pajizo,

y no quise enamorarme

porque teniendo marido

me dijo que era mozuela

cuando la llevaba al río.


Este romance, con rima asonante en los impares (al contrario que en el romance clásico), narra el encuentro amoroso de una mujer casada con un gitano. El amor, el sexo, la hombría y el adulterio protagonizan este poema. En esta estrofa el río es el marco espacial donde ocurre este encuentro de amor entre una mujer casada, de la que se piensa que es una chica joven sin casar, y un gitano.


Y que yo me la llevé al río 

creyendo que era mozuela, 

pero tenía marido.



El autor presenta el río como un espacio íntimo, con descripciones detalladas (menciona los juncos, los campos…etc . Este espacio es mencionado unas siete veces en el poema, que idealiza a la chica casada, halagándola en múltiples sentidos, y utilizando para ello símiles relacionados con el agua, que simbolizan el brillo, la finura y la transparencia de su piel.  


Ni nardos ni caracolas

tienen el cutis tan fino,

ni los cristales con luna

relumbran con ese brillo.


Los personajes solo aparecen caracterizados cuando presenta a la casada como mozuela gitana y a sí mismo como hombre. Hay en cambio numerosos verbos para narrar el momento erótico ya que es cuando los personajes realizan más acciones. El poeta recurre a los adjetivos cuando el hombre expresa sus sentimientos en relación a aquella noche. Se destaca el momento prohibido e íntimo que ocurre entre los dos personajes con comparaciones de elementos de la naturaleza. 


Aquella noche corrí

el mejor de los caminos,

montando en potra de nácar

sin bridas y sin estribos.



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